Esta receta tiene su dificultad. Si se retira del fuego muy pronto, el toffee no adquirirá consistencia. Si se hace tarde, quedará demasiado duro. Cuestión de aprender a cogerle el punto.
Ingredientes para un molde de 21x21 cm:
* 200 g. de azúcar
* 225 g. de mantequilla
* 3 cucharadas soperas de agua
* 1 cucharadita de sal Maldon
* 150 g. de chocolate con leche
* 115 g. de nueces
* 1 cucharada de esencia de vainilla (opcional)
Trocear las nueces y distribuirlas en el fondo del molde, previamente forrado con papel sulfurizado. Reservar.
Poner en un cazo alto (al hervir sube mucho) a fuego alto el azúcar, el agua, la mantequilla cortada en cubos y la sal. Remover constantemente mientras se va derritiendo y arranca a hervir. Cuando la mezcla pase del amarillo pálido inicial a un color canela, y empiece a separarse del borde, separar el cazo del fuego (añadir la vainilla si se utiliza) y verter la mezcla sobre las nueces. Dejar enfriar a temperatura ambiente unos 10 minutos, mientras se trocea el chocolate.
Repartir el chocolate sobre la superficie del toffee y esperar a que se vaya fundiendo con el calor residual. Extender con ayuda de un cuchillo y dejar enfriar hasta que el chocolate se haya endurecido por completo. Se puede refrigerar para acelerar el proceso.
Cortar en trozos al gusto antes de servir.
Se pueden mezclar las nueces en el cazo, en vez de dejarlas formar una capa en la base, para que estén repartidas por todo el toffee.
Se puede jugar con diferentes chocolates y frutos secos. ¿Qué tal una combinación de avellanas y chocolate negro?
También se puede jugar con las texturas, dejando que la mezcla adquiera un color marrón antes de retirarla del fuego, con lo que obtendremos un toffee de sabor más intenso y una textura similar a la de esos caramelos que se pegan en las muelas.
Vía: Red Couch Recipes
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