25 de marzo de 2012

Kaber elluz

Literalmente, grandes almendras. Un dulce tradicional tunecino.

Hace mucho tiempo, cuenta la leyenda, un genio malvado privó a Túnez de dátiles. El sultán que reinaba por entonces era un hombre cruel, y sólo los confites tenían el poder de dulcificar su carácter.

De día en día se reducía la reserva de dátiles y, una de las cocineras de palacio, creyendo que podría engañar las papilas del sultán, hizo unas bolitas de masa de almendra, pistachos y avellanas. Descubierto el engaño, el sultán la decapitó. Otra cocinera, enloquecida por la idea de seguir la misma suerte, tiró las bolas a un saco de azúcar.

Habían nacido las kaber elluz.

(La receta original incorpora agua de rosas. Como no he logrado encontrarla, la he sustituido por esencia de vainilla.)

Ingredientes:

* 300 g. de almendra molida
* 150 g. de azúcar
* 100 ml. de agua
* 2 cucharaditas de esencia de vainilla
* colorante rojo
* colorante verde (o azul + amarillo)
* azúcar extra para rebozar

Preparar un almíbar hirviendo durante 10 minutos el agua con el azúcar, a fuego medio-bajo. Ojo, que no caramelice. Agregar la vainilla y verter poco a poco sobre la almendra, mezclando hasta obtener una pasta. Puede que sobre algo de almíbar.

Amasar con las manos, el resultado debe ser una masa que no se resquebraje pero tampoco resulte pegajosa. Se puede corregir añadiendo más almíbar o más almendra si fuese necesario. Dividir en tres partes iguales.

Teñir una de las partes de rosa, otra de verde y dejar la tercera al natural. Yo usé los colorantes líquidos de Vahiné (se encuentran fácilmente en cualquier hipermercado), para obtener el color rosa utilicé 3 gotas de colorante rojo y, para el verde, 3 gotas de amarillo y 2 de azul. Cuidado que manchan muchísimo.

Hacer rodar cada parte sobre la superficie de trabajo (se puede espolvorear ligeramenet de azúcar glas para facilitar la tarea) hasta obtener unos "churros" de aproximadamente 2 centímetros de diámetro.

Hacer una trenza con ellos, con cuidado de que no se rompan, y apretarla bien. Cortar en pequeñas rebanadas regulares. Aplastar cada sección con las manos, apretando, y hacerla rodar para obtener una bolita tricolor, lisa y homogénea. Repetir con el resto y, para terminar, rebozar las bolas en abundante azúcar granulado.




























Vía: Cocina Tunecina, de H. Kliczkowski

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